Todo llega…algún día. Solo hay que saber esperar.

No me mires así que me pongo nerviosísima.

Octubre, 1990

-¿¿¿¡¡¡Qué ha dicho la niña!!!???- Grita mi abuela desde la cocina probando de nuevo el cordero con el cucharón de madera.

-Tontadas ¡Qué va a decir! Que algún día va a ser famosa y la entrevistará Iñaki Gabilondo. – Responde mi madre desde el salón mientras saca brillo al suelo caminando en círculos con las bayetas de lana bajo sus pies.-Deja de probar tanto el cordero, que al final comeremos los huesos.

-¡Ay, hija! Tienes la cabeza llena de pájaros. Si te preocuparas un poco más por aprender a cocinar en lugar de tanto escribir ¡Qué bien te iría en la vida! A ver cómo le explicas al Gabilondo ese, que el día que te casaste, tu marido te devolvió a casa para que tu madre y tu abuela te enseñaran a hacer las labores del hogar…porque eso es lo que va a pasar y si no, al tiempo.

-¡Qué labores ni que 8 cuartos! Esta no sabe hacer otra cosa que no sea leer. Ya puede buscarse un esclavo que se lo haga todo como nosotras, que estamos todo el día en casa limpiando la mierda que fabrican estos guajes y cocinando para ellos.¡¡¡Mamá!!! ¿Cómo tengo que decirte que dejes de comer? Pero ¡Si el cordero se ha quedado en nada! Madre mía…y luego querrás comer otra vez.

-Tendré que saber si está soso o salado, digo yo. Tú lo que tienes es envidia porque a todos les gusta más cuando cocino yo. Anda, niña, léeme alguna de esas historietinas que escribes, pero olvídate de Gabilondo, que eso son palabras mayores.

Noviembre, 2021

-Tengo entendido que cuando eras joven soñabas con que algún día yo te entrevistara.- Le miro y aun no me lo creo. Es Gabilondo, el auténtico, y yo he elegido justo este momento para quedarme muda y sufrir un tic nervioso. Solo puedo imaginar a mis hijas muertas de la risa en casa viendo como se me desencaja la mandíbula en tres fases cada 90 segundos, todo ello mientras aprieto los ojos con fuerza en la tercera fase del desencajamiento.

-No solo lo soñaba. Sabía que tarde o temprano ocurriría e incluso había ensayado todas las preguntas y todas las respuestas de esta entrevista.-Acabo de apretar tan fuerte los ojos que estoy viendo haces de luz por todas partes como si acabaran de hacerme una foto con el flash de una Canon Speedlite 600.

-Interesante…Y ¿Cuál era la primera pregunta de esa entrevista soñada? -Este hombre sigue siendo tan atractivo como cuando yo le contaba a mi abuela que algún día lo tendría delante y ella me respondía que guapo sí que era, pero que no debería idealizar tanto a los hombres porque todos eran un asco.-Culpo a mi abuelo de las ínfimas expectativas de mi abuela sobre el género masculino.

-¿Preferiría ser usted rica o famosa? -Le pregunto con la mirada si quiere que también responda y él con la mano me indica que siga. Parece que empiezo a controlar los nervios y hace rato que no bizqueo.-El 90% de la gente respondería que quiere ser rica y anónima. Yo prefiero ser famosa y en cuanto al dinero, quedarme como estoy.

-Y, entonces ¿para qué escribes? Pensaba que todo el mundo hacía las cosas por dinero…¿no es así?

-Esa respuesta también la tengo preparada.-Me sonríe y yo le respondo cerrando los ojos tres veces seguidas. Relájate, Rosa, relájate o se lo contagiarás y estamos en la tele.-Escribo, primero porque me gusta y después, porque sabía que tarde o temprano me proporcionaría minutos de gloria como este. Hace poco decidiste retirarte porque ya estabas un poco cansado y aburrido de oírte y hoy has venido para que te aburra yo. ¿Eso no vale más que todo el oro del mundo? Lo que aun no logro entender es por qué has decidido hacerme una entrevista a mí, sobre un libro que estoy segura que no tiene nada que aportarte porque está a años luz de lo que tú considerarías una obra maestra de la literatura.

-Te confieso que lo he leído y … no nos vamos a engañar. Entre tú y Antonio Gala, al que sé que admiras profundamente, hay océanos de palabras, pero me he reído muchísimo y eso tengo que agradecértelo porque hace tiempo que no le veo la gracia a casi nada. Si quieres saber la verdadera razón de esta entrevista tengo que leerte algo, una carta que recibí hace muchos años y que he guardado desde entonces. -Le miro sin entender nada mientras desdobla una hoja amarillenta arrancada de un cuaderno. Me fijo bien y al instante reconozco la caligrafía. Primero el tic, ahora las lágrimas. Ser famosa y no perder la dignidad me está costando más de lo que pensaba.

Estimado Señor Gabilondo,

Me llamo Iluminada, y como mi propio nombre indica a veces tengo unas ideas que ya quisieran muchos. Mi nieta está empeñada en ser escritora y dice que algún día logrará será entrevistada por usted. Cuando escucha su voz en la radio, mejor no voy a decirle cómo se pone ni lo que dice…para las ordinarieces tiene un vocabulario muy rico y extenso, eso es verdad. Soy una mujer muy escéptica y no creo mucho en la fama aunque con lo necia que es esta niña, tampoco me extrañaría nada que lo lograra.

Solo quería pedirle un favor. Si algún día, por casualidad, sus libros tuvieran éxito, me gustaría que le hiciera esa entrevista con la que sueña desde que era adolescente. No vea usted la turra que nos da en casa. El estropajo no lo coge ni por equivocación, pero el boli, lo coge con un arte…

Gracias por habernos proporcionado tantos buenos momentos y si mi nieta está ahí con usted ahora, dígale que gracias por sus historias, porque me hicieron la vida más llevadera.